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Educar e investigar en la conservación de los entornos naturales protegidos es una responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto, y por tanto, conocer a fondo sus peculiaridades y favorecer el disfrute de su belleza concluirán en una mejora de su mantenimiento por parte de las generaciones actuales y futuras.

En este contexto, Grupo Ibereólica Renovables ha creado un espacio único en el enclave de un área protegida de gran riqueza medioambiental de la región chilena de Atacama, desde el que avistar a los mamíferos marinos más impresionantes de las costas de Chile: la ballena azul y el león marino.

Testigos de un fascinante espectáculo de la vida salvaje

Un punto de encuentro entre una importante comunidad de leones marinos y el mamífero más grande del planeta, la ballena azul, tiene lugar en La Comuna de Freirina, región de Atacama próxima al Archipiélago de Humboldt. Este precioso enclave es refugio y zona migratoria de dichas especies protegidas, y además, es una de las comarcas en las que el grupo energético Ibereólica Renovables ha establecido los parques eólico Cabo Leones I, Cabo Leones II y Cabo Leones III con los que aprovechar los recursos naturales del entorno y fomentar el desarrollo sostenible.

El proyecto inicial ayudó al grupo a descubrir un maravilloso ecosistema marino de gran belleza. Fue así como la creación de los parques inspiró la construcción de un observatorio en la zona más elevada del terreno, desde el que avistar a los cetáceos, que con asombrosa frecuencia se dejan ver cerca de la costa. Gracias a ello, se puede disfrutar del privilegio que es admirar la majestuosidad de especies que es difícil encontrar en muchos otros lugares del mundo.

Hacia una economía más sostenible

La presencia de los cetáceos y la fauna y flora del territorio es de por sí una atracción turística, y por tanto, un recurso económico para el desarrollo de la comunidad de la zona, a pesar de que en invierno, apenas se supere el centenar de habitantes.

Por esta razón, la implantación de una obra como la realizada, favorece que la población de Atacama mejore su calidad de vida al tiempo que se protege su ecosistema natural, fomentando un turismo responsable de observación de la fauna marina.

El observatorio es de por sí una prueba de que es posible impulsar un nuevo modelo de economía, cuidando del entorno y alcanzando un equilibrio entre progreso y medio ambiente.

El proyecto no solo beneficia a las personas, sino también a los animales. Por una parte, permite un avistamiento respetuoso que evita cualquier tipo de daño o alteración del medio. Por otra parte, un observatorio como el creado, facilita que científicos, investigadores y naturalistas puedan estudiar mejor tanto el hábitat de los cetáceos como su comportamiento y necesidades.

Y es que, el verdadero objetivo de cualquier iniciativa ecológicamente comprometida, es que el planeta sea el verdadero beneficiado. Porque si es bueno para él, también lo será para toda la humanidad.